martes, 27 de enero de 2009

La prevalencia del infinito












Sobre la esfera madura

apenas cansada en el giro celeste
ruedan alelados como insectos
inspectores de la razón
con los pastores de la verdad tropezando
en una liga absurda. Tozudos
pretenden crear monolitos imperecederos
que construyen rígidos con balcones,
monolitos extremos
desde los que se despeñan
la razón y la verdad
en vértigos de ausencia
hacia las marismas de lo extraordinario.
Nada puramente racional vendrá
para poder atravesar los velos sutiles
que no sea de la mano imprecisa
de los poetas sumados al arte ciego
del que saldrán fibras de la nada,
duras, sin forma definidas
para reclamar la vida, y de ella, su forma.
Un lugar sin espacio
donde en la duplicidad subsiste lo propio,
lo único, lo diferente en sustancia y sentido;
donde todo se duplica hacia el infinito prevalente.


2 comentarios:

  1. A mi me gusta inundarme de esa nada imperecedera,habitar en un espacio sin forma, no muy grande ni muy poeta, pero sumamente bello, un lugar donde las sensaciones se despiertan y a veces, se transforman en palabras, y si no.. pues nada sigo buscando el modo de ser algo que no necesariamente se llame poeta, eso lo dejo para los elejidos.
    Un lujo, ya sabes.
    Besito.

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  2. El disfrute es magnífico cuando sucede lo que dices. Las palabras, si se dan, vienen después; pero nunca sabremos transmitir la precisión del goce en su plena expresión. Queda para nosotros, nuestra única posesión real.
    Eso, un beso.

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