viernes, 2 de enero de 2009

La voz que cuelga despacio










La voz que cuelga despacio
sobre la inercia del valle
palabras apacibles al reposo de los tilos
me habla de esencias anónimas
invariables en el tiempo.

Es precisa en lo más puro, limpia,
única en el tono, suave como un aceite.

Se acuesta entre mis hombros
sobre el pecho, con un efecto que es tacto
de vegetal apunte.

Son de ámbar las palabras, transparentes
amanecen organismo sin cuerpo
sistema de sustancias casi líquidas en tránsito
por acequias que son caudal y cauce.

Beben, pájaros y liebres, el agua que ya es palabra
y se acuestan en mi pecho, y no distingo.


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